Para mi son esos momentos en los que a la VIDA le apetece ponerte a prueba, darte la oportunidad para que veas que es lo que has aprendido de tus decisiones, de esas en las que has "fracasado".
Esos momentos son los que lo sientes todo y nada, piensas a unas 1000 revoluciones por minuto, y tu cuerpo empieza a dar señales de alarma...
Es ahí donde entra en juego el llamado "espacio de libertad", es un espacio que te permite respirar, que te permite sentirte, tomar consciencia de la realidad... un oasis en medio del desierto, un orden dentro del caos...
Si bien es cierto que es complicado llegar a darte permiso para acceder a él, no es imposible.
Requiere de pràctica, cómo todas las disciplinas. Requiere de autoconocimiento, para saber cuando lo necesitas. Requiere de valentia, puesto que cuando nos damos un espacio, podemos "perder". Requiere de amor, hacia uno mismo y hacia los demás, puesto que es en ese espacio donde aparece la consciencia y la esencia. Requiere de ganas de aprender, es en el salir de la zona de confort donde se genera nuevas formas de acción.
Si bien es cierto que se puede confundir con racionalidad, control o frialdad, para nada lo es. Como ya he dicho es la máxima conexión con nosotros mismos, requiere de calidez, de emocionalidad y de dejar fluir y no forzar.
Es la máxima expresión de ocuparse de uno mismo...
Y tú, ¿te das espacio?, ¿te ocupas?
1 comentaris:
Gracias Eva por acompañarme poniendo tan bellas palabras. Ciertamente no es sencillo darse espacio y ocuparse de una misma pero con post como este resulta estimulante hacerlo!
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